ANÁLISIS DE SU PRIMER MENSAJE DE PODER

Cuando percibimos una emoción extraordinariamente intensa, los sentimientos se contraen y pueden llegar a bloquearse.  En otras ocasiones, se manifiestan en una posición intermedia, pues están sometidos al nerviosismo, tensión o estrés que la situación puede generar. Entonces, aparece un proceso de disociación donde una persona puede llegar incluso a desconectar de la experiencia emocional. No es que las emociones desaparezcan, sino que se paralizan momentáneamente (como si se congelaran). Hay distintos estudios de neurociencia afectiva que lo constatan y seguro que a ti te ha ocurrido en alguna ocasión, cuando has dicho eso de “es tan fuerte lo que siento, que no sé si soy capaz de expresar bien la emoción que me produce”. En este tipo de contextos, nuestra gestualidad -especialmente la facial- está condicionada por esta especie de bloqueo momentáneo y es probable que muchos de nuestros gestos habituales se realicen de forma contenida.

Parte de lo que denomino como «Efecto Contención» puedo advertirlo en la gestualidad de la primera aparición de Robert Prevost como nuevo Papa. Su primer discurso (comunicación verbal) y sus gestos, posición del cuerpo, voz, indumentaria y distancia (categorías de la comunicación no verbal) han construido un inicial mensaje de poder al mundo que anticipa distintos rasgos de su personalidad. 

De forma general, debo decir que la Iglesia Católica ha gestionado con solvencia la comunicación de la elección del nuevo Papa, manejando con destreza una categoría no verbal que suele pasar más desapercibida, pero es básica para la gestión de la reputación de una institución. Hablo de la cronémica, es decir, la comunicación que trasladamos a los demás a través de la gestión de los tiempos. Respecto a la cronémica, hay un hecho que me resulta muy potente a nivel de estrategia comunicativa: la rápida elección del Sumo Pontífice (respecto a las especulaciones existentes de la posible división que existía entre los cardenales). Ha sido una forma rotunda de señalar a la opinión pública que la Iglesia Católica tiene claro dónde va. Como relato es más que contundente.

Centrándonos ya en el mensaje verbal y no verbal del nuevo Papa León XIV, en esta primera aparición pública, hay claves en las que quiere detenerme especialmente. Comienzo con la elección de su mensaje, de sus palabras, de sus ideas, de los nombres y conceptos que escoge en su primer discurso. Vamos allá.

INNOVACIÓN, REFLEXIÓN Y ACCIÓN

Analizando su mensaje verbal, vemos que el primer concepto que utiliza es la palabra “paz”, que repite en varias ocasiones. Después empleará tras como “diálogo”, “no miedo”, “convivencia”, “compromiso”, “amor” o “pobres”. Las palabras que se escogen en el primer discurso de un líder religioso y político -como lo es un Papa- son decisivas para intuir su línea de acción y el estilo de su liderazgo. Aquí nos encontramos con una figura que pone el foco en las personas, en las que más sufren, en el diálogo, la convivencia y la justicia. Supongo que haber pisado más barro (como misionero) que moqueta tiene mucho que ver en la elección de su mensaje.

También me parecen un segundo mensaje verbal muy revelador la elección del nombre, León XIV -sucesor de León XIII-, cuyo pontificado se extendió del año 1878 al 1903 y destacó por su “Rerum Novarum”, la trigésimo octava encíclica del Papa León XIII y la primera encíclica social de la Iglesia Católica. Casi nada. Un documento que abordó con concreción y claridad los problemas surgidos de la revolución industrial, las condiciones laborales de los trabajadores y a la imperiosa necesidad de la justicia social. León XIV cree que la humanidad se enfrenta a una nueva revolución, esta vez digital, que ante fenómenos como la inteligencia artificial hay que defender la dignificad humana y el trabajo. Me parece una manifestación nítida sobre la intención de Provost de afrontar los desafíos del nuevo tiempo con innovación, reflexión y acción.

SU SONRISA AUTÉNTICA CONTENIDA

La primera sonrisa del nuevo Papa puede clasificarse como “auténtica o de Duchenne -investigador que la definió así-“. Es una sonrisa que involucra la contracción de los músculos zigomáticos mayores (comisuras de la boca) y los músculos orbiculares de los ojos (las conocidas como “patas de gallo”). Se trata de una sonrisa genuina que refleja una emoción positiva real y es muy difícil de falsear. En el caso del nuevo Papa, aparece esta sonrisa, pero de forma contenida, al juntar sus labios. Es un gesto recurrente cuando queremos contener una emoción como el llanto o cuando nos sentimos abrumados por una situación -especialmente si la personalidad presenta rasgos de timidez-, aunque no aminora en ningún caso la expresión de una emoción positiva verdadera. Sus micro-expresiones faciales transmiten sentirse impresionado por el momento, tomando conciencia de la realidad. No existen rasgos de júbilo, entusiasmo o satisfacción. Pero sí de asentimiento.

LA CALMA EN SUS MANOS

Las manos entrelazadas y a la altura del pecho, en reposo, es uno de los gestos- tipo (mantenido como base kinésica) del nuevo Papa, en su primera comparecencia (un gesto que suelen utilizar recurrentemente los sacerdotes cuando celebran eucaristía). Es un gesto asociado con la solidez, la reflexividad y la serenidad, cuando se utiliza como base de apoyo. Conviene puntualizar que no hay gestos de rechazo a lo que ve (los fieles coreando su nombre en la plaza de la Basílica), pero sí le retrotrae la suma expectación que el momento despierta socialmente. Aunque, en ningún caso, desaprueba este interés social, pero sí condiciona sus emociones, pues le sobrepasa. 

También aparecen las manos juntas con los dedos hacia arriba (como vemos en la fotografía que aparece más arriba), un gesto asociado a la templanza. Estas manos las colocaba también en la boca, frenando así una emoción de alto nivel. Otra vez aparece la contención emocional -que no represión- . Es decir, le produce una sensación agradable lo que vive, aunque le resulta inesperada y la asume con una notable posición de humildad y aceptación.

Me llama la atención que, cuando saludaba con la mano izquierda en alto, colocaba la mano derecha en la parte baja del pecho. Lo hacía de forma recurrente. Es un gesto de conciencia de la realidad, serenidad y mesura.

APERTURA CONVENCIDA

Hay un gesto papal habitual que consiste en abrir los brazos y bendecir a los fieles, colocando las palmas de la mano hacia abajo. El nuevo Papa también lo realizó, pero de forma altamente genuina, es decir, naciendo de una emoción real persistente. Lo indica la sonrisa auténtica que acompaña el gesto y el ritmo progresivo con el que abre los brazos (no es un movimiento brusco o forzado). Por lo tanto, ese símbolo de acogida y bendición es algo que conecta con una emoción real, que nace de una convicción y un deseo fuertes de realizar esa acción.

MIRAR CON LÁGRIMAS

Las lágrimas contenidas aparecieron desde el primer momento. Era evidente que el nuevo Papa sentía una profunda conmoción al ver a los fieles en la Plaza de San Pedro. Que aparezcan las lágrimas revela una personalidad sensible, sencilla y profunda -como rasgos generales-. Y el hecho de que las contenga revela un carisma comedido, equilibrado y discreto. Acompaña este gesto con la forma en la que se mueve la nuez en la garganta de arriba a abajo. Traga saliva recurrente y marcadamente porque la situación le impresiona de forma muy significativa. Le estaba costando estar en ese lugar, viviendo ese momento. Insisto, sin rechazo, pero con esfuerzo de asimilación.

LOS PUNTOS DE FUGA

Me han llamado también la atención los gestos que realizaba con la cabeza, mirando al cielo o buscando puntos de fuga hacia abajo. Son gestos, en el contexto que los realizó, de recogimiento, timidez, sencillez y recato. Pero no de docilidad. Me parece importante este matiz. 

También realiza gestos de recogimiento y concentración, como el que vemos en la foto más arriba. Es un indicio no verbal de equilibrio resolutivo, propio de liderazgos sólidos y auténticos.

Es más, el hecho de que su gestualidad revele que le estaba costando asumir la situación, porque le desbordaba la emoción, revela de alguna forma su capacidad para asumir el liderazgo que le ha sido encomendado. Los que ansían el poder y desprenden gestos altisonantes y soberbios suelen tender a la mediocridad y a la falta de empatía permanente, con una consiguiente incapacidad para tomar decisiones acertadas, en el momento correcto. 

Por lo tanto, esta contención permanente en la gestualidad de León XIV es un indicador de humildad, solidez intelectual y equilibrio emocional. Rasgos decisivos para acometer el liderazgo de forma auténtica, es decir, con firmeza y compasión (empatía que lleva a la acción).

SIN LOS ZAPATOS ROJOS

La indumentaria escogida también forma parte del mensaje. He leído interpretaciones subjetivas sobre sus intenciones, comparándola con la sotana blanca y la cruz plateada que llevó su antecesor Francisco, cuando se asomó por primera vez al balcón como Papa. Creo que es importante objetivar el mensaje no verbal que nos traslada León XIV. Vestir la estola bordada con hilo dorado, la muceta de terciopelo y el crucifijo de oro son símbolos estilísticos asociados a la figura de un Papa. Por lo tanto, llevarlos puestos es un símbolo de aceptación, no de ostentación. Ida cruz que llevaba puesta contenía reliquias de varios agustinos y, probablemente, se sentiría orgulloso de llevarla puesta. Nuestra indumentaria debe otorgarnos seguridad y, mucho más, en momentos en los que estamos trasladando un mensaje al mundo. La sencillez del nuevo Papa (revisando su presencia pública anterior como misionero y obispo) es evidente. El hecho de que se vista con todos los símbolos papales me parece una forma brillante de mostrar que se asume un compromiso de forma total, manteniendo elementos que revelan su personalidad, como los zapatos negros (no los papales) o el reloj deportivo que portaba en su mano izquierda (le gusta practicar tenis). Su vestimenta es un símbolo de la aceptación de la misión.

Mantuvo, como señalaba antes, sus zapatos habituales de color negro -como Francisco-, sin utilizar los de color rojo, también disponibles para completar la indumentaria papal. No es ni mejor ni peor que haya asumido estos códigos estilísticos. Simplemente, refleja una intención de asumir, a través de la vestimenta, la misión encomendada.

El Papa Francisco mostró su carácter disruptivo a través de su primera aparición pública con una simple sotana blanca y su cruz plateada. Pero eso no supone que mantener la indumentaria papal, designada tradicionalmente para la ocasión, suponga lo contrario. Más bien, intuyo un deseo de compromiso total con el propósito que le ha delegado la Iglesia.

EL ÉNFASIS DE UNA VOZ SERENA

El paralenguaje es otra de las categorías significativas en nuestra identidad no verbal. Es decir, también traslada un mensaje de conexión -o de lo contrario- la forma en la que usamos la voz. El nuevo Papa destaca por una intensidad de voz media permanente, que revela una personalidad reflexiva. Esta intensidad de la voz se eleva cuando pronuncia palabras clave, como por ejemplo “la paz desarmada y desarmante”, realizando con pausas psicológicas (antes y después de las ideas importantes) que aluden a su carácter reflexivo. Podemos decir que “canta” con su mensaje, es decir, lo hace dinámico y lo enfatiza. Y lo realiza con convicción, porque la gestualidad del cuerpo “baila” mientras lo va contando.

La contención sigue apareciendo en el uso del paralenguaje, pues realiza suspiros fisiológicos en distintas ocasiones (para recuperar la normalidad de la respiración en momentos de tensión o agitación) y también inspira aire por la nariz -de forma constante- y a modo de tic recurrente, cuando quiere reprimir las lágrimas.

Desde luego, no se evidencia una especial fuerza comunicativa en su forma de expresión. Hay serenidad -sin solemnidad-, convicción sobre lo que pronuncia y amabilidad permanente.

Me parece importante que haya pronunciado este primer discurso, como corresponde, en lengua italiana y también que haya hecho un guiño a su misión en Perú, pronunciado un saludo para su comunidad latinoamericana en lengua castellana. No ha hablado en lengua inglesa. La ausencia de los símbolos que empleamos también son mensaje. 

CERCANÍA CONTROLADA

Desde el punto de vista de la proxémica, es decir, lo que comunicamos a los demás a través de la lejanía o la cercanía, este Papa se ha mostrado muy próximo. He leído en algunos medios que parece un Papa menos cercano que Francisco porque no “toca” a las personas. No es necesario tocar los brazos o las manos de otra persona para resultar cercano. 

La cercanía se establece a través de las palabras, de la frontalidad del cuerpo cuando se habla con la gente o a través de una actitud de escucha activa. Y eso es, precisamente, lo que caracteriza a León XIV en su vida pública anterior a su misión como Papa y lo que ha hecho en los primeros minutos como Sumo Pontífice. 

No podemos mantener una visión reduccionista de significados tan relevantes en comunicación, como la cercanía. Robert Prevost sí es cercano, aunque no energéticamente próximo o elevadamente espontáneo, como sí lo era el Papa Francisco. Tuvo su primer encuentro con fieles, minutos después de salir del balcón. Habló, escuchó y bendijo. También ha firmado a una niña su primera Biblia, indicando que «tenía que entrenar su nueva firma». Sus gestos, su voz y su proximidad son comedidas. Pero son auténticas (verdaderas, genuinas, no fingidas). Así es el «estilo Provost».

CUMPLIENDO LAS «3C» DE LA INFLUENCIA

Como imagen de marca para la Iglesia Católica, el nivel profesional, intelectual y humano del nuevo Papa es un respaldo reputacional alto. Estamos hablando de un matemático doctor en Derecho, que habla 5 idiomas, con amplia experiencia de gestión, conocedor de la calle, del sufrimiento de la gente, y de la curia, pues fue el encargado por el Papa Francisco de seleccionar a los nuevos obispos. Hay evidencias sobre su acción y sobre sus resultados. De él hablan bien cardenales y personas de la calle, especialmente las más desfavorecidas. Su discreción, sentido de la obediencia y responsabilidad han sido extraordinarios en su labor misionera, hasta el momento. Pertenece a una congregación, los agustinos, cuyo carisma está ligado a la vida en pobreza, la oración y la fraternidad. Su carácter misionero, plenamente evidente en sus palabras y sus hechos (antes y en el primer discurso como Papa), es el gran mensaje al mundo.

Conoce la bien la curia y la calle. Se ha mostrado equilibrado, emocionado -aunque contenido- y dispuesto a ser puente. Por eso es Pontífice. Sumo Pontífice. 

Impecable gestión comunicativa de las primeras horas del nuevo Papa León XIV. Acertada, potente y trascendental. Una imagen de poder (imagen política) con un mensaje claro, contundente y coherente con el momento actual que vive el mundo y la Iglesia Católica, cumpliendo las “3C” de un mensaje de poder influyente

Un norteamericano (con alma de latinoamericano y ascendencia francesa y española) con más impacto y reconocimiento mundial que Donald Trump es toda una declaración de intenciones en los tiempos que corren. Entiendo que no es la causa de su elección, pero sí forma parte del mensaje global del pontificado que ha iniciado, con contención. La contención me parece un signo deslumbrante de responsabilidad. Y la responsabilidad lleva implícita la pasión por servir (aunque no se exprese con claridad a través de los gestos).

Hay, por lo tanto, rasgos iniciales de liderazgo auténtico en el Papa León XIV. La humildad, la serenidad, el equilibrio, la coherencia y la contención sólida lo son. Veremos si lo que ya ha transmitido en su primeros momentos como Papa, a nivel de comunicación, se cumple. Desde luego, su amable contención es un buen comienzo.

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