CÓMO LA BUENA COMUNICACIÓN IMPULSA LIDERAZGOS CREÍBLES
Los consultores de comunicación tenemos que estar preparados porque, a partir de hoy, nos llegarán varias propuestas de candidatos y candidatas a la alcaldía que quieren una campaña como la de Zohran Mamdani. Como si la autenticidad pudiera fabricarse por arte de magia. No es así. Una de las razones que justifican la victoria de Mamdani es que ha sabido comunicar desde su carisma, de los rasgos que le diferencian y le definen. Y no solo eso, sino que ha sabido encontrar el mensaje adecuado para el público adecuado, en cada momento.

El nuevo alcalde de NYC ha desplegado una campaña comunicativa repleta de energía y su energía ha funcionado. Pero no por casualidad, porque ha comenzado por el principio: una campaña de puerta a puerta, movilizando a las comunidades para que se sintieran protagonistas de su proyecto. Se ha presentado como uno más, ha sido uno más y ha sabido adaptar el tono, los tiempos y el estilo de su comunicación al eco social. ¡Qué decisiva es la escucha activa en comunicación política y qué esencial es saber leer las emociones de los votantes! En este sentido, Mamdani lo ha hecho excepcionalmente bien. En su campaña ha habido coherencia, paciencia y solvencia. Fundamental para convencer -y ganar-.

El candidato demócrata no ha querido ser Obama, ni tampoco Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez (con ella en la foto que aparece más abajo), líderes del Partido con estilos propios. Sin embargo, sí los ha situado a su lado. Tácticamente, dejando espacio para que él pudiera diferenciarse bien. Aunque la prioridad la ha tenido siempre la gente, sobre todo, los más vulnerables. Ha hablado de construcción de vivienda y alquileres asequibles, de escuelas infantiles gratuitas, transporte público, supermercados públicos… Y su mensaje ha calado porque ha conectado con las necesidades reales de la gente de a pie. Y, por algo básico: ha caído bien. Tiene simpatía. Ha sabido, por lo tanto, hacer algo importante en comunicación política: MATERIALIZAR LA ESPERANZA

No ha habido nada impostado en su trayectoria como candidato. Incluso cuando adoptó una vestimenta más formal (traje de chaqueta y corbata), lo hizo como símbolo de su deseo de gobernar para transformar (para mostrar un carácter presidenciable), intentando adaptar su estilismo a una formalidad que le ayudó a mostrarse como un candidato más transversal a todos los públicos y aumentando su cercanía.

Hay 3 claves que me parecen decisivas en el estilo comunicativo de Mamdani:
- Ha construido su relato en base al entusiasmo, a la búsqueda permanente de la esperanza y del sueño americano para todos.
- Ha tenido presente que, hoy, los ciudadanos votan con el estómago (es el segundo cerebro emocional gracias al sistema nervioso entérico que se comunica constantemente con el cerebro principal) y también votan los que tienen el estómago vacío.
- Ha articulado un mensaje no de cambio -está muy manido-, sino de realidad, sabiendo además que los ciudadanos tienen “fish memory” y ese necesario recordar lo esencial de forma permanente.

La victoria -por un 50% de los votos (más de un millón de votos)- de un candidato joven (34 años), inmigrante (nacido en Kampala, Uganda) y musulmán no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos. Es el primer alcalde musulmán de la ciudad y el más joven en un más de un siglo. Aunque, de alguna forma, representa bien esa idea del “sueño americano” al que hacía referencia antes y que tanto gusta a los norteamericanos. Ha sabido a quién hablaba: a la clase trabajadora, a los migrantes, a los inquilinos, a las mujeres, a los jóvenes y a los que se sienten diferentes. Créanme si ls digo que esto no es tan habitual en las campañas de comunicación política que se hacen sin autenticidad (algo que me niego a poner en práctica rotundamente, como bien saben quienes me conocen). Ha habido mensajes para todos ellos, todo el tiempo. Y se ha situado como uno más entre ellos. Fijaros en su mensaje, una vez elegido:
“Trump, escúchame, solo voy a decirte cuatro apalabras: sube el volumen (turn the volume up)… Si vienes a por cualquier de nosotros, tendrás que pasar por encima de todos nosotros”.
Un mensaje poderoso porque no es agresivo, sí rotundo, y por resultar una mezcla exacta de lucha, fortaleza y reivindicación en su justa medida. Una mezcla de Martin Luther King, Mandela, Rosa Parks, el Che Guevara y Angela Davis. O a eso me suena a mí, al menos.

Otra de las claves de su éxito: no dar más peso al enfrentamiento con Trump que a la comunicación de un estilo de vida mejor para cada ciudadano. A esto le llamo “el equilibrio emocional del ganador”. Zohran Mamdani ha sabido calibrarlo.
La victoria de Zohran Mamdani en la alcaldía de Nueva York no es un hecho casual ni un acontecimiento efímero. Más que una campaña mediática, fue el resultado de años de construcción real de comunidad comprometida, con una estrategia puerta a puerta que sembró confianza directa y genuina en los barrios. Su autenticidad comunicativa verbal y no verbal (destacando especialmente su sonrisa auténtica) hizo que su comunicación resonara con fuerza y transparencia, lejos de la teatralidad y superficialidad.

Además, Mamdani triunfó en un electorado excepcionalmente diverso y movilizado, una ciudad que, por su composición multicultural y generacional, es un caldo de cultivo para cambios políticos profundos. Este electorado, único en Estados Unidos, valora la representatividad auténtica y las soluciones reales que mejoran la calidad de vida, activando un nivel de participación jamás visto en décadas.
Estas son las 49 razones por las que Zohran Mamdani conquistó la alcaldía de Nueva York:
1.Comunidad construida durante años con trabajo de base.
2. Estrategia puerta a puerta que generó confianza real.
3. Campaña humana y cercana, no solo digital.
4. Movilización masiva de jóvenes comprometidos.
5. Equilibrio entre las storytelling de “vencer al dragón” (Donald Trump) y “el renacimiento” (de la gente, de la ciudad, de los trabajadores…)
6. Labor constante en barrios multiculturales y diversos.
7. Ejército amplio y apasionado de voluntarios.
8. Alianzas sólidas con movimientos sociales progresistas.
9. Discurso auténtico, honesto y sin adornos.
10. Representación genuina de minorías e inmigrantes.
11. Comunicación coherente con su identidad real.
12. Lenguaje corporal que irradia empatía y seguridad.
13. Sonrisa auténtica que genera cercanía y confianza.
14. Uso inteligente y honesto de las redes sociales.
15. Narrativa centrada en justicia social y equidad.
16. Polarización provocada por el enfrentamiento con Trump.
17. Rechazo general al establishment político tradicional.
18. Transformación de la indignación en acción política concreta.
19. Apoyo sólido de sindicatos y colectivos sociales.
20. La tasa de participación electoral más alta en décadas.

21. Uso estratégico del voto anticipado y por correo.
22. Energía y movilización de Millennials y Generación Z.
23. Propuestas claras y concretas sobre vivienda, transporte y alimentación.
24. Resistencia a la desinformación con educación política efectiva.
25. Liderazgo fresco con visión clara de futuro.
26. Conexión directa y sincera con barrios desfavorecidos.
27. Mensaje de esperanza en tiempos de polarización.
28. Fortalecimiento de la cultura política de base.
29. Lecciones y experiencia acumulada tras campañas previas del DSA.
30. Rechazo contundente a políticas conservadoras excluyentes.
31. Innovación en la metodología política local.
32. Coherencia total entre palabra, persona y acción.
33. Movilización efectiva de comunidades inmigrantes diversas.
34. Popularidad creciente en plataformas como TikTok.
35. Campañas permanentes de educación y participación política.
36. Escucha activa y respuesta a demandas comunitarias reales.
37. Construcción de una identidad política inclusiva.
38. Voluntariado diverso y multigeneracional.
39. Apoyo de figuras nacionales progresistas.
40. Defensa frontal contra discursos de exclusión.
41. Amplificación de su voz gracias a Internet.
42. Honestidad como contraataque a la desconfianza política.
43. Oposición debilitada por polémicas internas.
44. Llamados persuasivos a la unidad y acción colectiva.
45. Combate eficiente del miedo con información clara.
46. Participación récord, reflejo del deseo profundo de cambio.
47. Flexibilidad para adaptar tácticas y estrategias.
48. Combinación equilibrada de tácticas modernas y clásicas.
49. Construcción de un futuro basado en la realidad y la esperanza.

Esta victoria no es solo personal ni anecdótica. Es la demostración palpable de que la política auténtica (en su caso, todavía más como deseo que como realidad), que pone a la gente primero, que escucha y construye comunidad, puede cambiar el curso de una ciudad, y con ella, el país. En un mundo saturado de campañas superficiales y mensajes vacíos, el triunfo de Mamdani confirma que el liderazgo verdadero nace de la conexión profunda, la transparencia y la acción sostenida. Ahora bien, esa. Materialización de la esperanza llega ahora a su momento culmen: es su tiempo para realizar la esperanza. Ahí demostrará si su comunicación auténtica se transforma en un liderazgo auténtico (firmeza, acción y acción). Serán sus resultados quienes definan ahora su autenticidad.